MOISÉS RODRÍGUEZ VALENCIA
Unos ciclistas vadean el Turia a la altura de Ribarroja, junto a uno de los puentes de diseño vanguardista incluidos en el parque fluvial que debe unir el área metropolitana con Valencia a través del río.
El último tramo del Turia vivo, aún con agua, cambia a marchas forzadas. Senderos que discurren en paralelo al río a lo largo de 24 kilómetros, desbroces y reforestaciones dan forma a lo que será parque natural, una zona lúdica que ya es visible entre Vilamarxant y Quart y que disfrutan los vecinos de la zona sin esperar a que acabe la obra. Pero la misma mano del hombre que acarrea luces proyecta sombras sobre sobre el cercano bosque de la Vallesa: una tala de 20.000 metros cuadrados hace mella en el pinar y le quita un bocado para construir viviendas.
El pasado 5 de octubre de 2007 se puso la primera piedra de las obras del parque, que corren a cargo de la Generalitat y Confederación del Júcar (CHJ) con una inversión total, desde Valencia hasta Bugarra, de 18 millones de euros. Empezaba en realidad solo una parte del proyecto, que comprende entre Quart de Poblet y Vilamarxant, con una inversión de 15 millones. Esta zona comienza a cobrar forma. Puentes que atraviesan el río, desbroces de cañares, centenares de plantones, merenderos y un camino de hormigón que ya une las dos poblaciones.
Ahora falta por abrir un sendero que permita enlazar con comodidad hasta el Parque de Cabecera de Valencia, pendiente todavía de la cesión a Mislata de ese tramo del viejo cauce, desde el azud de Quart.
Y es que las obras que ya ha elaborado la CHJ son la armadura de un ambicioso itinerario que debe unir las localidades del área metropolitana con el puerto a través del antiguo cauce. El Turia como gran eje conector .
Un año después tampoco han comenzado los trabajos en el edificio del viejo cauce que debía albergar el Centro de Interpretación del Turia. Fue uno de los proyectos que presentó Valencia dentro de las obras adicionales que ha aportado cada municipio.
Pese a que las obras no han finalizado, los vecinos ya emplean el sendero que discurre en paralelo al Turia. Aficionados al senderismo, ciclistas e incluso gente paseando a caballo ya utilizan los 24 kilómetros de la pista.
"Antes esto era casi intransitable, en algunos puntos había que salir a la carretera para vadear el río", señala Nacho, quien junto a Chema paseaba a caballo el viernes por la mañana por un sendero que ya ha desencadenado algún que otro enfrentamiento con los ecologistas.
Cuando arrancaron las actuaciones la Coordinadora de los Bosques denunció la tala de 30 olmos en Ribarroja. Tras este incidente, la CHJ creó una comisión de seguimiento de las obras. Desde la agrupación proteccionista recuerdan que el proyecto inicial incluía un bordillo. "Hicimos ver al ingeniero jefe que eso chocaba con la idea de una pista natural junto al río.
El bordillo, además, suponía un gasto de 800.000 euros que se han empleado para desbrozar los cañaverales y fumigarlos. "Ya veremos qué ocurre. Ahora es invierno, pero con un tratamiento no creemos que se vaya a evitar que vuelvan a crecer". Desde la Coordinadora, además, consideran que la falta de cañas favorece la erosión en el cauce. "Además, el río ya arrastra más maleza y suciedad".
De las cañas sólo quedan los restos triturados en el suelo. Estos vegetales se han cambiado por centenares de plantones de algarrobos, pinos y carrascas. Los brotes están protegidos por unos tubos para evitar que sean pasto de los animales.
El proyecto también incluye 18 puentes de madera noble e innovador diseño que todavía no están abiertos. De momento se emplean unos vados por los que pueden pasar los vehículos empleados para llevar a cabo las obras.
Estos pasos, en teoría desaparecerán porque son un obstáculo para futuras avenidas. Algunos usuarios piden que no se retiren los vados. "Necesitamos una alternativa, porque los caballos no pueden pasar por el puente: el ruido les asustará y ellos deteriorarán la madera con los cascos", razona Nacho.
Mientras la actuación más cercana al río ya se ha puesto en marcha, las actuaciones en el Parque del Turia están mucho más paralizadas. Tras la declaración de la reserva, la única obra palpable es la más polémica: el plan urbanístico que ya ha supuesto la tala de pinos en más de 20.000 metros cuadrados de la Vallesa.
Ayer mismo, una excavadora trabajaba en el desbroce de esta partida ubicada en L'Eliana. Pese a la oposición de la Coordinadora y algunas asociaciones vecinales, en la zona ya se atisban los futuros viales. Para ello se han talado decenas de árboles, con la excepción de 42 catalogados como protegidos.
El plan urbanístico está incluido en el Plan General de L'Eliana, que data de 1996, por lo que las obras están siendo ejecutadas con total legalidad. La marcha atrás habría acarreado pleitos e indemnizaciones. Ahora ya no hay vuelta atrás.
Resignados a ello, la Coordinadora ha firmado convenios con Paterna, L'Eliana, San Antonio, Quart y Manises. La agrupación representada en el órgano rector del parque mantiene contactos con el resto de Ayuntamientos afectados con la reserva, mientras exigen a la Conselleria que el proyecto pase del papel al monte.
lasprovincias.es
Un bosque lleno de trincheras
El bosque de la Vallesa guarda en sus entrañas importantes vestigios de la línea defensiva Puig-Carrasoles. Manises, Paterna, Ribarroja, L'Eliana y San Antonio atesoran trincheras y búnkers habilitados durante la guerra civil por el bando republicano.
Estas infraestructuras bélicas son, en definitiva, el patrimonio arquitectónico que encierra el Parque del Turia. Desde la Coordinadora de los Bosques lamentan el mal estado de estos túneles en algunos lugares.
Para lograr la protección de las trincheras ha elaborado un informe avalado por el Consell Valencià de Cultura y el departamento de Historia Contemporánea de la Universitat de València. La intención es incluirlas en el programa Paisajes bélicos de la Unión Europea.
lasprovincias.es