Medio Ambiente lleva desde abril probando un método en parcelas de Ribarroja para controlar la proliferación de los cañaverales
16.08.13 - 00:05 -
Agentes medioambientales, trabajando ayer en una de las parcelas de Ribarroja. :: DAMIÁN TORRES |
Saturan los ríos propiciando inundaciones, facilitan la proliferación de incendios y desplazan a la vegetación autóctona. Las cañas que crecen en los márgenes de los cauces fluviales se han convertido en un peligroso problema, sobre todo durante los meses estivales, periodo en el que convierten estas zonas en auténticos polvorines, tal y como ocurre, por ejemplo, en el parque natural del Turia. La Conselleria de Medio Ambiente, consciente de esta situación, ha puesto en marcha un novedoso proyecto piloto para tratar de reconducir la proliferación de los cañaverales, al considerarse las cañas como una planta invasora de origen asiático a la que ya es necesario poner freno.
Tres parcelas ubicadas en el término municipal de Ribarroja, de 300 metros cuadrados cada una, sirven de banco de pruebas de esta iniciativa pionera en la Comunitat, con la que se pretende «saturar el rizoma, la parte de la planta que permanece bajo tierra, para evitar que prolifere». Según fuentes del proyecto, que ha sido impulsado por la Generalitat en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ésta es una complicada y ardua tarea.
«Existen procesos físicos para eliminar las cañas, pero requieren que los restos sean triturados y generan muchos residuos; y procesos químicos, por ejemplo con la aplicación de un producto llamado glifosato, que ha sido prohibido por la Unión Europea», explicaron, «de ahí la necesidad de impulsar alternativas viables». Para lograrlo, desde el pasado mes de abril expertos agentes medioambientales están desarrollando este proyecto en el que «estamos comprobando si después de muchos desbroces saturamos el rizoma», un objetivo complicado teniendo en cuenta que, «por ejemplo, un desbroce estimula su crecimiento, por lo que estamos probando un método con una serie de desbroces sucesivos en dos frecuencias distintas», indicaron desde la conselleria.
En esta línea, alertaron de que la quema de cañas, método extendido entre buena parte de los agricultores de la Comunitat, «hace, precisamente, que esta vegetación prolifere más rápido».
En definitiva, el objetivo que persigue la investigación es generar un sistema que permita controlar y, si fuese necesario, eliminar la presencia de cañas para recuperar la vegetación autóctona, mejorar la capacidad de desagüe de los ríos para evitar inundaciones y reducir las posibilidades de que se declaren incendios y de que éstos se extiendan.
Al respecto, el director general de Medio Natural, Alfredo González, recordó que esta situación se ha generalizado desde que las cañas «no tienen aprovechamiento», puesto que hace décadas era común su utilización en construcciones o confección de utensilios.
Por otra parte, González quiso recalcar también que desde la Generalitat no sólo se ha impulsado esta actuación para luchar contra los incendios, sino que también cuentan con un importante equipo de brigadas, agentes medioambientales y técnicos que vigilan los entornos más problemáticos, como el parque natural del Turia.
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