domingo, 28 de octubre de 2007

El Jardín del Turia merece que nos lo replanteemos

Un parque urbano de este a oeste de la ciudad. Vista panorámica actual del Jardín del Turia en su cabecera. Al fondo, en el centro, se observa la denominada Casa del Agua.

Hace cincuenta años el río creció y sembró Valencia de muerte y barro. Justo en el 25 aniversario, la Casa Real puso en manos de la ciudad los terrenos del viejo cauce. El ayuntamiento socialista encargó el proyecto paisajístico global al arquitecto Ricardo Bofill -plan que se expuso en la Lonja- pero sólo materializó los dos jardines del Palau de la Música. Nacía el Jardín del Turia.
S. Golf, Valencia
Veintitantos años después, las inundaciones sufridas por el Palau de les Arts llevaron recientemente al concejal delegado de urbanismo, Jorge Bellver, a abrir la puerta a una posible revisión del plan especial del Turia, en principio, limitada a la evitación de estos problemas. Revisión que desde hace un tiempo demanda «Iniciativa Turia» -impulsada por profesores universitarios y entidades medioambientales- que reivindica la devolución al lecho de su carácter fluvial. ¿Ha llegado la hora de replantearse el que sin duda fue y es un proyecto urbano clave y vertebrador

Joan Olmos-Iniciativa Turia-Ingeniero
Iniciativa Turia no cosechó una buena acogida, pero Joan Olmos está convencido de que madurará con el tiempo, «porque es algo evidente, al río no se le puede amputar una pata sin más. Cincuenta años después sería imposible una operación tan traumática, hace 40 años desapareció un tramo del río».

El Jardín del Turia es un parque lineal «magnífico, un espacio público ciudadano con un uso masivo, uno de los proyectos urbanos más importantes de Europa y no queremos desvirtuar eso, sino potenciarlo. Lo que tememos es que, ya que es un espacio tan goloso, haya tentaciones de privatizarlo por ejemplo y que, por esa vía, se convierta en un cajón de sastre, donde cabe todo, todo lo que no se sabe dónde meter», aclara Olmos, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Pero ese parque público necesita, entienden los expertos, un programa: «tener una función, algo que no se ha planteado».

«En su día hubo un concurso de ideas, había una propuesta de unos paisajistas bilbanínos -recuerda Olmos-. El plan de Bofill sí mantenía una coherencia pero se fraccionó y sólo hizo un tramo». Joan Olmos lo tiene claro: «Veinte años después el Jardín del Turia merece replantearse, pero no en la dirección que se ha apuntado y no con este equipo de gobierno municipal. Hay que replantearse el plan especial, mejorar el parque y, dentro de todo esto, reintroducir el curso de agua normal desde Quart hasta la desembocadura (que se ha modificado perjudicando a Natzaret)».
«Lo que hace falta -continúa- es racionalizar las cosas, actuar a largo plazo, en 50 años el territorio urbano ha cambiado muchísimo. Y no hay que revivir fantasmas porque se hayan cumplido los cincuenta años de la Riada».

Sobre lo sucedido en del Palau de les Arts, Olmos apunta que los sótanos están bajo cota cero y advierte que «cuando se modifica el territorio y el jardín, si se modifica la orografía trae unas consecuencias. No voy a polemizar con Calatrava, pero un arquitecto y un ingeniero realizan un claro análisis del lugar donde van a hacer una obra».

Rafael Rivera-coautor Parque Gulliver
Tras las inundaciones en el complejo de la Ciutat de les Arts, el delegado de urbanismo puso como ejemplo de previsión de evacuación de agua el parque Gulliver. El arquitecto Rafael Rivera firmó este tramo del Turia, junto con el fallecido Manuel Martín, que inauguró la ex alcaldesa socialista Clementina Ródenas en 1990. «No sé cómo ha funcionado la balsa del Gulliver en las últimas lluvias -explica Rivera- se diseñó hace veinte años». Efectivamente, los autores tuvieron en cuenta el riesto de que se convirtiera en una piscina y el vaso del Gulliver tiene un sistema de drenaje para evacuar las aguas. «No sé qué ha ocurrido en Cacsa, pero cuando uno trabaja en un entorno determinado tiene que tomarlo en consideración», concluye Rafael Rivera.

Tito Llopis-Vetges Tu
Uno de los tramos más polémicos fue el diseñado por el equipo Vetges Tu, a pesar de que, recuerdan ellos, ganaron un concurso nacional y que siguieron las pautas marcadas por el plan Bofill. Inaugurado hace veinte años, el agua era un elemento fundamental del proyecto. «Cuando empezamos -rememora Tito Llopis- era obligatorio dejar a cada lado un canal para el agua. Todavía existía riesgo». Y lo vivieron de cerca, porque en 1985, cuando empezaron los trabajos, se registraron unas lluvias intensas y entonces los colectores no estaban terminados. En la margen izquierda se dejó una sección que hubiera permitido el paso del agua y en el tramo I se había previsto un lago para laminarla con la función de recoger el agua y cuando el nivel subiera, abrir las compuertas. Había un sistema de bombeo para impulsarla y que circulara hasta el final del cauce. Por una parte, podía absorber el agua en una virtual crecida del Turia y por otro se mantenía el curso del agua hasta el final. Pero en los tramos siguientes no se mantuvo. Vetges Tu siempre pensó en la presencia de agua «porque se trataba de un viejo cauce».

En cuanto a la revisión del Jardín del Turia, el arquitecto cree que en el diseño del Turia «falta consenso político por encima de cuestiones ideológicas». Comprometido también con Iniciativa Turia, opina que «debía ser un parque con agua». Cuando llegaron ellos al río «no partíamos de un plan virgen, sin pautas habríamos hecho quizá otra cosa», apunta Llopis. El tramo de Vetges Tu ha sido reformado por el actual gobierno municipal y esta reforma no ha sido del gusto de sus creadores. «Para uso lúdico hay otras estancias en muchos lugares de la ciudad. La cafetería restaurante se podía haber reconstruido y utilizado para eso. Le envié un escrito a la alcaldesa ofreciéndonos a colaborar». Nunca hubo respuesta.

Vicent Torres-Iniciativa Turia
De cara a algún cambio en el enfoque del Jardín del Turia, el profesor de la Politécnica Vicent Torres apunta hacia los tramos finales: «No es sólo la Ciudad de las Ciencias, el barrio de Natzaret también se inunda. Las soluciones tipo Nouvel, de recuperar el delta del Turia en la desembocadura, ampliando su cauce como jardín y conectándolo con la vieja dársena, además de ser ambientalmente muy interesantes reduciría el riesgo de acumulación de agua y de inundaciones». En cambio, el técnico rechaza la decisión municipal «de ignorar las recomendaciones de su propio concurso internacional de ideas, y acabar el río encajonado entre el absurdo circuito urbano de Fórmula 1 y Natzaret». Respecto a las inundaciones, señala que el viejo cauce siempre llevará agua cuando se produzcan episodios de lluvia intensos, «y es bueno que así sea, porque evita inundaciones en la ciudad. El problema con la "ciudad temática" de Calatrava es que se decidió construirla al nivel del río, por lo visto pensando que ya nunca llevaría agua: claro error».

Pilar Carmona-Doctora en Geografía
Experta en el Jardín del Turia, que ha estudiado a fondo, Pilar Carmona advierte que «es un delta con una pendiente mínima y un desagüe complicado. Sólo hay que ver cómo quedó esa misma zona en 1957. Es un "cul de sac". Se nos ha olvidado que eso era el cauce, que es un río. Ya en su momento penseé que era una barbaridad meter tanta obra dura, que no es necesaria».
Carmona, que también defiende la iniciativa de devolver el agua, es partidaria de una revisión en profundidad y cree que éste es el momento, sobre todo de parar los proyectos que taponan cada vez más el cauce y la salida al mar. «Es una zona deltaica y desde luego hay soluciones hidráulicas que habrá que aplicar en el Palau de les Arts, pero haría falta sentido común y calma y estudiar la situación por encima de debates políticos».

Fuente «El Jardín del Turia merece que nos lo replanteemos» Levante - Valencia

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