Laura Sena | Paterna 05.08.2019 | 23:37 https://www.levante-emv.com/horta
La Coordinadora de los Bosques del Túria y la AVV de la
Canyada recuerdan que el espacio natural sigue teniendo amenazas y piden más
acciones de prevención. Esgrimen el papel del movimiento ciudadano en la
declaración de parque natural
De izquierda a derecha, Francisco Pellicer, María Zaragozá Mayoral, Ángel Morales, José Carot, Javier Belmonte y Mercedes Garbín. En la zona que se quemó. Foto Laura Sena.
Ha pasado un cuarto de siglo pero recordar aquella fatídica jornada
y recorrer los principales escenarios aún pone la piel de gallina a muchas de
las personas que vivieron, en primera persona o a través de familiares, el gran
incendio de1994, que destruyó un tercio del bosque de la Vallesa y obligó a
evacuar parte de la Canyada. Este sábado, 10 de agosto, se cumplen 25 años de
la catástrofe. La asociación de vecinos de este núcleo residencial, que impulsó
el movimiento para reclamar la protección (actualmente el Parc Natural del
Túria), y la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria, que tomó el
relevo, valoran que se ha avanzado en muchos aspectos pero siguen viendo amenazas
sobre este espacio por lo que reclaman aumentar los presupuestos y las acciones
para la prevención.
Activistas de ambos grupos han realizado con Levante-EMV el
itinerario que siguió el incendio para reflexionar sobre qué necesidades
existen actualmente. Ángel Morales, Quico Pellicer, María Zaragozá Mayoral,
Javier Belmonte, Vicente Segarra y Dori Bermúdez, por parte de la Coordinadora,
y José Carot y Mercedes Garbín, de la AVV, han participado en el recorrido con
este diario, que partió de la Canyada.
«Las cañas siguen siendo el problema más grave y no se toma
conciencia. Casi todos los incendios han comenzado en los cañares del río. Pero
no hay forma de que las administraciones públicas se pongan de acuerdo para
erradicar la caña de forma definitiva. La principal responsable es la
Confederación Hidrográfica del Júcar, que es la que ha de hacerlo o dar el
permiso. Y con esas cañas en ese estado, la Vallesa sigue siendo un polvorín»,
valora el presidente de la Coordinadora, Ángel Morales. En esta línea, el
presidente de la Junta de Barrio de la Canyada y dirigente de la AVV, José
Carot, muestra su preocupación por la cantidad de pinos muertos a causa del
tomicus que se acumulan en el bosque. «Desde hace años nos hemos quejado y no
se actúa. Es peligroso que estén ahí», recalca.
El grupo recuerda la cantidad de municipios valencianos que
sigue sin plan contra incendios e insta a los alcaldes y alcaldesas que
comparten el parque natural a «redactarlos o actualizarlos».
Frente a ello, valoran de forma positiva que, tras años de peticiones,
el Ayuntamiento de Paterna y la Diputació de València estén realizando clareos
en las áreas que se quemaron. La zona tuvo una fuerte repoblación natural que
provocó un excesivo número de pinos que competían unos con otros y no crecían.
«Tras muchas peticiones, nos dejaron intervenir en una esquina y, al ver los
resultados en un año (los árboles crecían y el sotobosque comenzó a
desarrollarse), lo están haciendo ellos. Es lamentable que, con lo que pasó,
tenga que ser el movimiento asociativo en que esté al frente», valora Vicente
Segarra. La Coordinadora desarrolla un trabajo permanente en la zona que se
quemó con la asociación de familiares y enfermos mentales, Afempes.
En el terreno de lo negativo, ambos colectivos cargan contra
las compañías eléctricas. «Las líneas de alta tensión que atraviesan el bosque
no son de probada seguridad como marca la ley. Deberían recordar la quiebra de
una compañía en EEUU por causar uno de los mayores incendios de la historia de
Los Ángeles», incide Javier Belmonte, expresidente de la Coordinadora. También
critican las talas «salvajes» que siguen realizando bajo los tendidos.«Luego no reforestan la zona con especies menos peligrosas
que los pinos o sotobosque, de forma que se cree un corredor verde», dicen.
Todos coinciden en que, tras el incendio de 1994, hubo una
fuerte concienciación «porque la gente vio lo que podía pasar» pero, tras la
declaración del Parc Fluvial del Túria, la sociedad «se relajó» y ahora, «al
estar en una situación de emergencia climática y alcanzarse muchos días los
niveles de máximo riesgo» ha vuelto a resurgir la preocupación por el bosque.
«Espero que no sea una moda», afirma María Zaragozá Mayoral , hija del
histórico activista fallecido, Xavier Mayoral, fue presidente de la entidad
cuando se declaró el Parc Natural del Túria.
En este sentido, tanto Mercedes Garbín como Zaragozá Mayoral
instan a las administraciones a promover acciones serias de concienciación como
charlas formativas «con la difusión suficiente para que se entere la gente», talleres
o simulacros. «Ahora que se cumplen 25 años, los ayuntamientos tendrían que
organizar que la coordinadora vaya a los colegios a contar lo que pasó y lo que
hacen», manifiesta Garbín.
Finalmente, todos hacen un llamamiento a los miles y miles
de usuarios del Parc Natural del Túria desde que se construyó el Parc Fluvial
porque de su comportamiento depende también el futuro del bosque.
Mesa redonda y otros actos por el aniversario:
Además de la
tradicional Volta a Peu de la Canyada, que nació para hacer pasar a atletas de
toda la provincia por las zonas quemadas y que este año celebra su XXV edición,
la AVV la Canyada proyecta una mesa redonda sobre el futuro del Parc Natural
del Túria. Por su parte, la Coordinadora, que celebra sus 25 años en 2020, al
nacer un año después del incendio, también planea un clareo a mayor nivel que
los realizados hasta hora, abierto a toda la ciudadanía.
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