El vecindario de la Vallesa reconoce que se realizan
limpiezas pero teme que algunas basuras provoquen el fuego.
Levante-emv: Sara García | Paterna 07.08.2019
El gran incendio de la Vallesa cumple este sábado su 25
aniversario. El 10 de agosto de 1994, en una mañana con fuerte viento de poniente,
el fuego obligó a hacer una evacuación general de la Canyada, área en el que
había 600 chalés. No hubo ninguna víctima humana aunque al menos cuatro perros
murieron calcinados. Las casas se salvaron, aunque algunas resultaron afectadas
por el fuego y tuvieron que ser reformadas.
Actualmente la ciudadanía que vivió el incendio aún lo
recuerda con miedo. «Pasamos mucho estrés. De repente empiezas a ver humo, a la
guardia civil diciendo que cogiésemos rápido las cosas y que desalojáramos de
inmediato nuestra casa», cuenta Rut Polo, vecina de la Canyada.
«Lo vivimos con mucho temor y caos. Los bomberos no sabían
ni donde ponerse para coger agua. Desde ese día, otros incendios que ha habido
han sabido sofocarlos mejor», declara Víctor Bosch. Por su parte, Consuelo
Pozuelo, que ahora tiene 81 años, estaba bañándose en la piscina cuando de
repente escuchó «'¡fuego, fuego!'» y vio humo en el aire. «Solo pedíamos que no
le pasara nada a nadie ni a las casas en las que teníamos toda nuestra vida
dentro», dice.
¿Puede volver a pasar?
La Coordinadora en defensa de los bosques del Túria realiza
constantes actuaciones a lo largo del año para ayudar a mejorar zonas del
barranco del Rubio y del resto de la Vallesa, así como el Ayuntamiento de
Paterna y la Diputació de València. Clareos en el bosque y la actuación en las franjas
perimetrales son algunas de las acciones.
Aún así, el vecindario encuentra «escasas» las
intervenciones que se llevan a cabo y cree que «puede haber otro incendio en
cualquier momento». «¿Qué si creo que hay posibilidades de que vuelva a haber
un incendio? Totalmente. Han limpiado y han clareado para que crezcan más
árboles, pero hay mucha madera y cristales por la zona», expresa Rockson. «Las actuaciones
son insuficientes. Cualquier día puede haber un incendio y, si es tan grande
como el del 1994, nos quitarían un gran pulmón verde».
Ninguno de ellos quiere imaginarse que pueda volver a
suceder tal catástrofe. «Hoy en día todo está mejor, hay más limpieza que
antiguamente y un cortafuegos efectivo», dice Polo. Sin embargo, son
conscientes de que no sería una situación imposible. Por ello, esperan que se tomen
más medida de prevención «antes de lamentarlo». Ayer mismo, en la Canyada
estaba colocada la bandera roja que anuncia riesgo máxima de incendio.
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