Los bomberos extinguen el incendio de Pedralba, última agresión al parque del Turia
MOISÉS RODRÍGUEZ lasprovincias.es
El parque del Túria parece abarcar miles de hectáreas en el filo de una gigantesca navaja. Incendios, talas, basuras vertidas en lugares inhóspitos... la reserva natural es una de las que más atentados sufre en la Comunitat. ¿Las causas? Posiblemente residan en el elevando número de visitantes y la cercanía con zonas urbanizadas de este pulmón verde del área metropolitana de Valencia.
La última agresión al parque del Turia tuvo lugar el viernes durante la sobremesa. Un incendio arrasaba árboles y monte bajo junto al río, en la confluencia de los términos de Benaguasil, Vilamarxant y Pedralba. Al final, la zona afectada, unas 2,5 hectáreas, forma parte de la localidad de los Serranos. Todo apunta que fue el trabajo de un pirómano y, lo peor de todo, es que el guión se repite por segunda vez en una semana. Hace dos miércoles, el susto tuvo lugar en Les Rodanes.
La parte positiva es que los efectivos antiincendios dominaron el fuego por la vía rápida. A media tarde no había llamas el incendio se dio por controlado antes de caer la noche. En principio iban a ser cinco, pero finalmente tres brigadas de emergencias permanecieron durante toda la madrugada refrescando la zona quemada.
A las 17.45 de ayer, los Bomberos dieron por extinguido el incendio, por lo que el enésimo atentado al parque del Turia quedaba frustrado. La reserva no permanece inmune, en todo caso, a estos ataques medioambientales. La Conselleria de Medio Ambiente ha destinado miles de euros a repoblar el paraje de la Pea, en Vilamarxant.
Hace dos años, un pirómano sí que logró su objetivo. Ardieron alrededor de 80 hectáreas. Fue un auténtico desastre en uno de los enclaves más queridos de la reserva. Les Rodanes, la Vallesa, la Pea y, desde hace unos meses, el parque fluvial desde Vilamarxant a Valencia.
Los tres primeros sufren incendios, más o menos graves. Últimamente, Vilamarxant y Pedralba se han visto más amenazados por el fuego. Para prevenirlo nace otra de las grandes amenazas de la Vallesa: las talas. Varias líneas suministran electricidad desde la subestación de L'Eliana y para ello tienen que cruzar el bosque.
Las empresas realizan talas para crear cortafuegos, lo que mantiene en pie de guerra a la Coordinadora y a los Ayuntamientos. Ante la llegada del verano y en previsión de que las talas se reanuden, la Guardia Rural de Paterna patrulla con más intensidad el bosque. El Consistorio quiere impedir las talas, y si eso es imposible, que no se realicen sin su consentimiento.
La otra gran amenaza de la Vallesa, que comparte con el parque fluvial, es la de los vertidos. La Coordinadora ha denunciado en varia ocasiones que en el bosque y en el ribera del río hay montones de escombros, generados por desaprensivos que no distinguen el entorno natural de un contenedor.
Este abanico de amenazas no es nuevo, y la Generalitat ha tratado de cercenarlas con la declaración del parque del Turia. Lo que se tatuó en papel en 2007 se está aplicando de forma lenta. La mayor actuación es la del parque fluvial. La Coordinadora ha denunciado la falta de señalización en las 4.500 hectáreas que conforman la reserva. Son pequeños detalles. Al fin y al cabo, la responsabilidad de preservar este pulmón verde es de los vecinos y de sus usuarios.
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