Publicado en la edición nº 7 II Fase de L'Eliana 2000 de enero de 2017 http://www.laeliana2000.com
De
noche la luz somete a la oscuridad, la contaminación lumínica afecta a las
plantas y animales, es una amenaza silenciosa para nuestra salud.
Javier Belmonte
La
Coordinadora en Defensa de los Bosques del Turia, donde están representadas
varias asociaciones de l’Eliana, ha iniciado una serie de conferencias en diferentes
municipios de las riberas del Turia sobre los efectos de la contaminación
lumínica.
Estas
conferencias se enmarcan en colaboración con el Grupo “Salvem la Nit” de la Universidad de Valencia (http://www.uv.es/salvemlanit) con un doble objetivo, por un lado
de investigación dentro de la Red Española de Estudios sobre la Contaminación
Lumínica y por otro de concienciación a petición de la dirección de los parques
naturales, ayuntamientos o institutos de enseñanza secundaria donde se realizan
charlas de explicación del problema de la contaminación lumínica, sus efectos
sobre la biodiversidad y la salud humana.
Partimos de la
base de lo que se entiende por Contaminación lumínica: “Emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en
intensidades, direcciones, horarios o rangos espectrales innecesarios para la
realización de las actividades previstas en la zona en que se han instalado las
luminarias”. De los innumerables efectos sobre las biodiversidad en plantas
y animales que ya se han contrastado, queremos resaltar aquellos que afectan a
la salud humana y para ello debemos adentrarnos en el mundo de la cronobiología
como rama de la ciencia que estudia los ritmos biológicos formado por la
conjunción del ritmo solar (365 días), del ritmo lunar (29 días) y del ritmo terrestre
(24 horas). De todos ellos el que más afecta a las alteraciones cronobiológicas
es el ritmo terrestre marcado por la conmutación del día y de la noche, del sol
y de las estrellas.
Los
cronobiólogos han estudiado a fondo el reloj biológico humano como consecuencia
de la adaptación a los diferentes ritmos a los que estamos sometidos. Pero lo
que más les apasiona, ya que son disciplinas científicas bastante recientes, es
el estudio de la cronodisrupción o alteración persistente en el funcionamiento
del nuestro reloj biológico y sus consecuencias sobre la salud. Por poner un
ejemplo las salas de incubadoras para los prematuros, con las luces encendidas
las 24 horas, producen un efecto contrario al que se persigue de retraso en la
madurez de los neonatos que deben de ir adquiriendo al verse alterado su ritmo
biológico natural. Los cronobiólogos
están alertando a las autoridades sanitarias de esta circunstancia para que las
salas de prematuros estén acondicionadas con incubadoras que respeten la noche
y el necesario descanso de los neonatos para que alcancen su grado de madurez
necesaria en mejores condiciones y menos tiempo.
El hombre necesita la oscuridad por la noche para que funcionen adecuadamente sus parámetros biológicos como saludables. Este tipo de alteración se asocia a la aparición y agravamiento de diferentes patologías, entre las que se encuentran alteraciones cognitivas, trastornos afectivos, envejecimiento acelerado, cáncer, diabetes, inmunodepresión, alteraciones reproductivas y enfermedad cardiovascular, ente otras. En este campo, los cronobiólogos se han propuesto desarrollar marcadores objetivos y determinar diferentes patologías como consecuencia de la alteración del ritmo biológico. Hasta ahora han abordado situaciones que abarcan diferente ámbitos como la obesidad, hipertensión, autismo o Parkinson. Este es un campo nuevo y apasionante que en el futuro nos traerá novedades como en el caso de la cronodisrupción que afecta al envejecimiento.
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