Una plaga de Tomicus
sp., de la familia de los famosos escolitidos, conocido como
barrenador del pino o perforadores, está afectando a les Rodanes y
aparentemente a los pinos del parque natural del Turia con una
extrema ferocidad. Tal es su ferocidad, que también se sirve de
lentiscos y coscojas. Estos pequeños coleópteros o escarabajos
tienen un ciclo biológico bastante curioso y con diferencias
estacionales dependiendo de la especie.
La hembra de Tomicus
perfora la corteza del huésped y elabora una galería en
vertical de unos 15-20 cm de longitud para depositar los huevos en
las paredes de la misma. Estos huevos eclosionan a las 2 o 3 semanas
en su forma larvaria y excavan galerías perpendiculares a la galería
madre. Una vez se han alimentado lo suficiente sufren una
metamorfosis de su forma larvaria que, tras eclosionar de la pupa, se
desplazan a las copas de los árboles donde se alimentaran de la
medula de los tallos verdes para completar su desarrollo y maduración
sexual.
Este proceso de
reproducción se está llevando a cabo desde finales de febrero y
principios de abril de este año 2014 de una forma descontrolada. Las
causas son varias y vamos a explicarlas detalladamente. Todo empezó
durante el incendio intencionado del 31 de mayo el año 2012 en les
Rodanes, más concretamente en la Rodana del Pico, donde se quemaron
1,54 hectáreas de pinar maduro. Durante ese año la especie no pudo
aprovechar su época nupcial puesto ya empezaba el verano
excesivamente caluroso. Al año siguiente los meses de junio y julio
fueron muy lluviosos y de bajas temperaturas con nevadas que no se
veían desde hacía ya muchos años, lo que daría un falso respiro a
los pinos afectados por el incendio del 2012. Pero este año ha sido
extremadamente seco, de hecho es el invierno más seco en 30 años.
Los pinares y en general la flora valenciana ha sufrido unos cambios
climáticos extremos durante 2 años con una acusación de incendios
como no se veía desde 1994. La orientación del área afectada por
el incendio es el factor más importante, donde los vientos venidos
del litoral han facilitado la dispersión de Tomicus hasta la
cima de les Rodanes y posteriormente su gran proliferación ha
alcanzado las áreas boscosas de la Vallesa y Pedralba, básicamente
la plaga está usando el rio, las áreas periurbanas y las carreteras
para diseminarse tanto hacia el sureste como al noroeste.
Pero, ¿Cómo combatir
la plaga?
Primero hay que tener en cuenta que una plaga de esta clase afecta
"generalmente" a los individuos más débiles y como parte
de un ciclo climático seco y post grandes incendios este tipo de
plagas son "normales". ¿Porque digo normales entre
comillas? Es muy simple y es que aunque no hubiéramos tenido
incendios la plaga era prácticamente inminente. Se trata al mismo
tiempo de un ciclo ecológico relacionado a los ecosistemas del
pinar. Si, esto es así, el pino se ha pasado de listo y ahora le
toca sufrir. Ecosistemas como el de les Rodanes con su peculiar suelo
de rodeno o la maravilla de pinar de la Vallesa han tocado tope. Esto
quiere decir que en muchos de los casos ya no pueden evolucionar más,
pues en algunas zonas el sotobosque se ha convertido en potencial. El
pinar dominante no es el ecosistema típico valenciano, el ecosistema
típico valenciano es un bosque transitorio de ribera a monte y mixto
entre coníferas, frondosas, llanos de maquias xerofíticas y
herbáceas aromáticas en pedregales calizos, exceptuando les
Rodanes, partes de la Calderona y la sierra de Espadán.
Por lo que ha modo de autorregulación una plaga autóctona como es
el Tomicus va a empezar a afectar a los pinos como mejor
pueda. ¿Va esto a limpiar todos los pinos? No lo creo, pero si va a
cambiar un poco el paisaje de las áreas afectadas.
¿Qué es el paisaje? El paisaje es el concreto y no correcto orden
que tienen diferentes factores de un ecosistema natural tales como:
colorido, ritmo, líneas, figuras y objetos singulares, etc. Y
evidentemente que si un paisaje es afectado también afecta a su
funcionamiento ecológico o el asociacionismo entre los diferentes
seres vivos y su ecosistema propio.
Ahora bien con todo esto: ¿cuál es la mejor de las soluciones al
problema de la plaga de Tomicus? Se trata básicamente de una
oportunidad, lo que está haciendo la naturaleza es dar una
oportunidad a la sociedad, pues somos parte de ese ecosistema. Somos
interpretadores y observadores de nuestro paisaje y por ello lo que
hay que hacer es una restitución natural. Esto quiere decir
aprovechar el cambio.
Actuación de verano
Por un lado hay que entender los procesos lentos de la naturaleza y
por otro lado respetar las pistas que deja el análisis de las áreas
de actuación. Hay que clarear las zonas de sotobosques más
afectadas pues son una pérdida de ecosistema y aprovechar la
diseminación natural del pinar eligiendo los árboles padre de mejor
porte aunque estén afectados y apeando el resto. Esto sencillamente
es no perder el total del pinar.
Además habría que añadir que la saca realizada debería ser
rápidamente transportada e incinerada, incluir cebos, apilar leñas
sanas para controlar las poblaciones e ir cambiándolas cada semana,
etc.
Realizar riegos aéreos de apoyo para las poblaciones de pinares
circundantes al área de incendio afectada.
Actuación de otoño
Se elegirán las plántulas (máximo 5 cm de alto) de pino carrasco
en orientación semisombreada (de diseminación natural) para no
facilitar al máximo su carácter heliófilo lo que menguara su
capacidad de crecimiento pero endurecerá la madera al tener un
desarrollo más sostenidos y se eliminaran el resto de plántulas. En
áreas de total insolación se pasara a la repoblación con coscoja,
lentisco, cornicabra y brezo (Erica arborea, Erica multiflora y
Calluna vulgaris).
Actuación de Invierno
En las áreas de semisombra y en compañía de las plántulas de pino
carrasco se plantaran Quejigos, carrascas, alcornoques, madreselvas,
aladiernos y garroferas en hoyos de 40x40 (pero de los de verdad),
con aporte de tierras francas y se realizara un riego especial con
minerales y auxinas.
Actuación en Primavera
Se contemplara la posibilidad de seguir clareando alguno de los
árboles padre y fijar la posibilidad de realizar fajinas en
vaguadas. Esta actividad se realizara junto a riegos de apoyo y
clareos intermitentes que liberen al bosque de árboles afectados y
pinos con excesivo crecimiento hasta 3 años después del inicio de
la actuación. En este momento el paisaje habría cambiado y dejarían
de existir los pinos como un enjambre de árboles dominantes para
estar sometidos a la correcta relación temperamental con sus
compañeras frondosas.
La últimas preguntas
que nos podemos hacer son las siguientes: ¿Qué actuaciones
acometerá la administración? y, ¿las posibles subcontratas sobre
el área afectada?¿Que nos dirán esos supuestos expertos alzando su
“gran” capacidad técnica sobre estos dilemas medioambientales?
Lo sabemos muy bien, los primeros no actuaran hasta que pasen las
vacaciones de verano, los segundos talaran sin orden ni miramiento
los árboles afectados y los no tan afectados y los terceros dirán
que lo suyo es dejar a la naturaleza que siga su curso, abandonada
sin más como un perro afectado por la sarna o en este caso por el
mosquito. Nosotros los civiles ya sabemos que es lo que tenemos que
hacer. La cuestión es comenzar a despertar esa iniciativa y voluntad
propias de un pueblo responsable con su entorno natural.
Luis Francisco
Castillo Cortés
Vicepresidente de la
Coordinadora en Defensa de los Bosques del Turia
Técnico superior en
gestión forestal y del medio natural.
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